VITALIDAD

La mayoría de los fumadores se da cuenta de que están obstruyendo sus vías respiratorias, pero no suelen darse cuenta del letargo general que el tabaco produce.

Además de ensuciarse los pulmones, el fumador también obstruye sus venas y sus arterias con venenos como la nicotina y el monóxido de carbono, entre otros.

Todo nuestro sistema de riego sanguíneo está diseñado para que lleve oxígeno y varias sustancias nutritivas a todos los órganos y músculos del cuerpo. El fumador impide que estas sustancias lleguen en cantidades suficientes a los músculos y a los órganos, lo cual hace que funcionen cada vez peor. Entonces, el fumador pierde un poco de su vitalidad natural cada día, además de perder su natural resistencia a otras enfermedades.

Marioneta en las GARRAS de las tabacaleras

Como es un proceso muy lento, el fumador no se da cuenta de lo que está ocurriendo. Cada mañana se encuentra igual que la mañana anterior, y como no se encuentra realmente enfermo, tiende a pensar que este letargo es simplemente el efecto del envejecimiento.

Yo creía que la vitalidad era cosa de niños y adolescentes. Uno de los maravillosos beneficios que encontré poco después de dejar de fumar fue sentir de nuevo la sensación de vitalidad, de querer hacer ejercicio.

Este abuso del cuerpo y el letargo consiguiente llevan a otros males, el fumador tiende a evitar todo ejercicio o deporte, y a comer y a beber en exceso